jueves, 17 de noviembre de 2011

Ver amanecer desde otra ventana.

Otra habitación, otro entorno, y otro olor. Es respirar profundamente y reconocer todo lo soñado, sumergirte en ello mientras inspiras, y no abandonarlo mientras pierdes el aire. Así sucesivamente durante unos efímeros instantes. 

Se van, los sueños se van y se van, pero adiós es la palabra más dulce cuando estás seguro del regreso. Y cuando no, se endulza, se toma cualquier tipo de edulcorante inexistente, y se endulza la vida.

Amanece, el cielo está rojizo, se fluye bien. Ver amanecer desde otra ventana, ceder al peso de los párpados, y volver a soñar.

1 comentario:

Wol dijo...

La última frase lo mejor :P después de despertarse lo suyo es volver a dormirse :P